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- 16-05-2025 20:56 |
- Cero+Infinito
- Comunicación -
En un coloquio extraordinario del DF, el físico Alberto Rojo contó la investigación detrás de su nuevo libro, El principio de mínima acción. Historia y física. El trabajo fue escrito junto con el matemático Anthony Bloch durante varios años y saldrá al mercado el próximo enero. “Es un libro de divulgación para pares, con pornografía matemática explícita”, bromea.
Rojo se doctoró en el Instituto Balseiro, además es es escritor, popularizador de las ciencias y músico: “Es un tributo a mi viejo que era filósofo y le gustaba leer sobre física. Él tenía en su biblioteca el libroPrincipia de Newton, yo una vez quise leerlo pero mi padre me dijo que no se entendía, que tenía una geometría muy fea. Eso quedó en mí como un desafío, por lo que me di el gusto de escribir un capítulo sobre el Pincipia, una especie de visita guiada sobre cómo Newton deduce que las órbitas son elípticas y a partir de eso cómo la fuerza va como la inversa del cuadrado de la distancia”.
Después de reeditar tres veces Borges y la física cuántica, el autor cuenta cómo fue esta nueva experiencia editorial compartida con Blosch. El disparador parece ser la famosa frase de Aristóteles, la naturaleza no hace nada en vano. “A la largo de la historia de la física muchos asemejan esta idea con la de que la naturaleza optimiza, sus caminos, relata Rojo y confiesa: “yo traté, casi en vano, de descifrar en qué momento ocurre el salto entre la idea en los Tratados griegos hacia la idea del mínimo, pero no está muy claro cuándo sucede”.
Durante una hora y media Alberto Rojo relató cómo buscó las fuentes bibliográficas, los escritos, las cartas y los papers sobre la mínima acción. En el libro las historias se van sucediendo unas a otras, desde la Antigüedad hasta el surgimiento de la mecánica cuántica. Así, en lo que él llama la prehistoria del asunto -matemáticamente hablando- está la leyenda de la reina Dido en La Eneida. Esta mujer que funda Cartago debe ocupar la mayor área posible, señalando el límite de su territorio con tiras de cuero taurino. Lo hace marcando un perímetro fijo en forma de círculo.
“Muchas de las ideas sobre el principio de mínima acción son desarrolladas antes del cálculo diferencial, como las demostraciones de Zenodoro al discretizar figuras geométricas; o cuando Herón de Alejandría quiere conocer cuál es el camino que sigue un rayo de luz al reflejarse en un espejo; así como Galileo Galilei en 1638 cuando discute la caída de los cuerpos por un plano inclinado con un experimento musical y teóricamente se apoya en la simplicidad para explicar la aceleración uniforme”, enumera el físico.
Según los autores esta historia tiene un personaje central y ese es Pierre Louis Maupertuis: “aunque nadie conozca muy bien de dónde sacó sus ideas respecto de la mínima acción” -aclara Rojo- el francés afirmó que la naturaleza en la producción de sus efectos lo hace siempre por los medios más simples. “Cuando uno lee a Schrödinger o a de Broglie advierte que se apoyan mucho en Maupertuis, citan el principio de mínima acción, la analogía óptico-mecánica, el isomorfismo entre las trayectorias, es decir, que es una idea que estaba muy viva para ellos”, ilustra.
Por último, el libro llega al siglo XX: “Richard Feynman generaliza la idea de mínima acción en términos de caminos, se puede interpretar que en física cuántica una partícula sigue todos los caminos posibles para ir de un punto a otro”, sintetiza Rojo.
Cada año, la revista Physics World recapitula los grandes avances en Física en un ránking mundial. Este top-10 incluye investigaciones publicadas en diferentes sitios de alto impacto entre los potenciales lectores. Los criterios de selección fueron la su importancia fundamental en el conocimiento, la conexión estrecha entre teoría y experimentación y el interés general para toda la comunidad física internacional.
Cincuenta y un estudiantes de toda Latinoamerica participaron de la séptima edición de las escuelas Nanoandes, en esta ocasión dedicada a “Nanomateriales aplicados a energía y salud”. La escuela organizada por primera vez en nuestro país se llevo a cabo en Exactas a fines del mes pasado y fue organizada en el marco de una red franco-latinoamericana.
Los cursos abordaron temas que van desde el diseño y fabricación de materiales para aplicaciones especificas como sus técnicas de caracterización e investigación y aplicaciones. Expertos involucrados en los desarrollos tecnológicos actuales en diagnóstico y tratamiento de enfermedades, así como en el área de energías renovables – baterías de litio, solar y celdas solidas de combustible- desde la nanotecnología, dictaron las ultimas clases de la escuela. Además de los cursos teóricos, se llevaron a cabo más de dieciocho prácticas a lo largo de la semana en aulas y laboratorios de los pabellones I y II de Ciudad Universitaria y del Instituto de Nanociencia y Nanotecnologia (CNEA-CONICET). Participaron en el dictado de los cursos, colegas de la Facultad, profesores franceses y de otros países de la región. Gracias al financiamiento del CELFI – Datos y de la Fundación Puya de Francia fue posible becar la asistencia y participación de alumnos chilenos, brasileros, argentinos, cubanos, costaricenes, ecuatorianos, colombianos, peruanos, mexicanos y venezolanos.
- Por Lis Tous -
María Gabriela Capeluto es física experimental en el Departamento de física en temas de fotofísica y materiales fotónicos; desarrolla varias líneas de trabajo en colaboración con distintos laboratorios. Este año, la investigadora tuvo varias publicaciones importantes junto a colegas del DF y, también por su trabajo en la creación de plasmas de alta densidad de energía en la Universidad estatal de Colorado.
“Mi campo de investigación es la fotofísica, es decir, estudiamos la luz y su interacción con la materia. Usamos a la luz para modificar y medir a las propiedades de los materiales, también utilizamos a los materiales para generar luz, así como para modificar sus propiedades”, resume Capeluto.
La investigadora del IFIBA en UBA-CONICET cuenta que aunque vive en Argentina pasa algunos meses del año en Estados Unidos: “muchos de nosotros hacemos ciencia de este modo, tenemos un fuerte intercambio con otras instituciones alrededor del mundo. Cuando llegan las vacaciones acá, viajo a trabajar en otros proyectos. Es muy enriquecedor, de la colaboración entre personas y temas tan distintos salen trabajos muy interesantes. La experiencia del otro me sirve, así como lo que uno hace puede ser útil a otro, estoy segura de que trabajar de este modo suma”.
En junio de este año las revistas de alto impacto Science Advance y Optica comunicaron la generación de materia con densidad de energía ultra grande, a partir de la radiación de láseres con energía relativista; una investigación del grupo internacional al que Capeluto pertenece, liderado por Jorge Rocca en la Universidad Estatal de Colorado (CSU).
“Utilizamos luz para generar un plasma, es decir, un estado de la materia conformado por iones -átomos cargados- y electrones libres interactuando por choques. Los plasmas que nosotros estudiamos tienen una densidad de energía mucho mayor que las de otros plasmas conocidos como las auroras boreales, los relámpagos o la corona del sol. Estos plasmas de ultra alta energía sólo podían encontrarse, hasta el momento, en los experimentos de fusión nuclear y en el interior de algunas estrellas”, especifica Capeluto y aclara “en este momento nos concentramos en usar a estos plasmas como fuentes de rayos X y de neutrones”.
En el laboratorio, los científicos iluminan el material con un láser de potencia tan grande que es capaz de arrancar un electrón y acelerarlo a la velocidad de la luz. La investigadora explica que el truco de este experimento está en la morfología del material, “nanohilos arreglados verticalmente - como si fuera un cepillo-, donde el diámetro de cada nanohilo es mucho más chico que el largo”. Aunque no es la primera vez que se produce plasma usando láseres, sí es novedoso hacerlo en condiciones extremas de presión, temperatura y densidad de energía en un laboratorio universitario.
El logro es considerado mayor si se tiene en cuenta el impacto de hacer experimentos de este tipo en un laboratorio más pequeño, donde por ejemplo permitiría generar fuentes de rayos X de longitud de onda muy corta; generar fuentes de partículas; o estudiar materia en condiciones extremas, similares a las del interior de las estrellas. “Nosotros logramos hacerlo a una escala universitaria, lo que permitiría hacer muchos experimentos que hasta el momento solo podían llevarse a cabo en grandes instalaciones como en la National Ignition Facility”, remarca.
El otro aspecto fundamental es que la investigadora desarrolla los materiales que se usan en los experimentos. “Los fabricamos, a través de distintas técnicas como la electrodeposición, litografía y el etching. El conocimiento desarrollado en Colorado University va a ser implementado en los proyectos del DF para desarrollar dispositivos, aunque con otros intereses. Ahora, también, estamos desarrollando técnicas para fabricar nanoestructuras en silicio, que eventualmente podrían ser usadas para crear cristales fotónicos y otros dispositivos con interés para aplicaciones en el área”.
Prácticas científicas: colaboración
En el ámbito del Laboratorio de Procesado de Imágenes, recientemente la investigadora ha publicado un trabajo en el desarrollo de vórtices ópticos, esa especie de remolino de luz, que al interactuar con la materia pueden transferirle alguna de sus propiedades: “Son muy interesantes porque pueden ser utilizados tanto para manipular a la materia en términos nano o micro, como para codificar información en las comunicaciones”.
“Presentamos una técnica para generar y medir haces con vórtices ópticos con posibles aplicaciones en la región ultravioleta extremo (EUV) del espectro electromagnético. El dispositivo compacto consiste en una máscara difractiva donde se generan tanto el haz con momento angular orbital como el frente de onda de referencia para medir su fase”, detalla la investigadora y aclara que el diseño de dispositivos ópticos representa un desafío ya que en ese rango electromagnético todos los materiales son altamente absorbentes.
Por otro lado, en el Departamento de física también se desarrollan líneas de trabajo en torno a los azopolímeros, materiales moldeados mediante la luz. En este caso, Gabriela desarrolla esta investigación en el marco de una colaboración entre el Laboratorio de Procesado de Imágenes y el Laboratorio de Polímeros y Materiales Compuestos: “Como un azopolímero es un material que contiene moléculas de colorantes - está conformado por azobencenos y cadenas largas de polímeros-, cuando se los ilumina con luz polarizada, se induce un ordenamiento molecular que macroscópicamente se manifiesta como una anisotropía óptica (birrefringencia)”, explica la investigadora y resalta “en algunos casos se puede observar transporte de masa, es decir, el material se mueve al ser iluminado. Estas propiedades hacen que estos materiales sean muy interesantes para aplicaciones como las memorias ópticas, la litografía o para producir movimientos en la nanoescala controlados remotamente por luz”.
Tal como puede leerse en Optical Materials, la publicación fruto del trabajo en colaboración con Silvia Goyanes y Silvia Ledesma: tras diferentes tratamientos ópticos, el material -un film de azopolímero- interactúa con nanotubos de carbono de paredes múltiples para organizarlos en canales o crestas de una red superficial de relieve. Esta organización a gran escala, tiene potencial en aplicaciones de electrónica transparente.
“En este momento en el laboratorio estamos desarrollando pinzas ópticas, son herramientas para manipular nano y micro-partículas a través de las fuerzas ópticas”, concluye la investigadora respecto a sus futuros estudios.
Notable experimento en el que participó el Grupo de Información Cuántica y Fundamentos del DF Exactas UBA
- Por Guillermo Mattei -
En las últimas semanas la comunidad física mundial asistió a un bello e impactante maridaje teoría-experimento. La esencia misma de la creación de conocimiento en Física. A mayor sofisticación del corpus teórico, mayor impactan sus contrapartes experimentales.
Hoy la revista Nature Communications publica “Using a quantum work meter to test nonequilibrium fluctuation theorems” de los autores Federico Cerisola, Augusto Roncaglia y Juan Pablo Paz (IFIBA-Exactas UBA-CONICET), junto a colaboradores de la Universidad Ben Gurión (Israel). Ciertamente se trata de otro notable doble juego teoría-experimento.
Federico Cerisola, becario doctoral (CONICET) del Grupo de Información Cuántica y Fundamentos del DF Exactas UBA lo explica: “Nuestro eje de trabajo es el concepto de trabajo en termodinámica de sistemas cuánticos”. Una tarea nada sencilla, al menos vista desde la termodinámica clásica. Cerisola continúa: “La manera que se usa para cuantificar el trabajo en sistemas aislados se basa en medir energías a dos tiempos diferentes”. Sin embargo, las perturbaciones que se introducen en este tipo de abordajes son difíciles de controlar. “Nosotros hicimos la propuesta teórica de una sóla medida al final del proceso pero acoplándole, al sistema bajo estudio, otro auxiliar que hace las veces de registro de las variaciones de energía”, indica Cerisola.
En ese punto es cuando el doble juego teoría-experimento hace su aparición: el Grupo de Información Cuántica y Fundamentos se conecta con un grupo experimental de la Universidad Ben Gurión para el cual adaptan -en el trabajo que hoy se publica- su manera teórica de hacer el experimento en función de los recursos operativos del laboratorio, fundamentalmente apto para la manipulación de condensados de Bose-Einstein. “Lo que tiene de bueno este experimento es que permite hacer decenas de miles de mediciones independientes en simultáneo. O sea, una foto de la distribución de probabilidad del trabajo”, remarca Cerisola. La medición del trabajo resultante de este experimento posee la característica novedosa de ser muy directa comparada con las estrategias usuales de reconstrucción de la medida.
¿El futuro? “Todo esto lo hacemos para chequear unos teoremas muy trascendentes llamados de fluctuación que conectan la termodinámica del equilibrio con la del desequilibrio. Luego, lo que pretendemos ahora es extender estos estudios a los casos donde se introduce ruido, por un lado, y coherencia por otro”, concluye Cerisola.
Los invitamos a leer también la nota en Nexciencia
“Using a quantum work meter to test nonequilibrium fluctuation theorems”
DOI: 10.1038/s41467-017-01308-7